Las mujeres
rurales desempeñan un papel importante en la producción de cultivos básicos, la
cría de pollos y animales pequeños (ovejas, cabras, conejos y cobayos), y el
suministro de mano de obra para las actividades posteriores a la cosecha. En
los países MA, cumplen un papel particularmente destacado. Las guerras, la
creciente migración del campo a la ciudad de hombres en búsqueda de trabajo
remunerado, junto con el incremento de la mortalidad atribuido al VIH/SIDA, han
determinado un aumento del número de hogares encabezados por mujeres en el
mundo en desarrollo. Esta creciente participación femenina en la agricultura ha
colocado una considerable carga en la capacidad de las mujeres de producir,
suministrar y preparar alimentos ante los ya considerables obstáculos.
Estudios de la
FAO demuestran que en la mayoría de los países en desarrollo las mujeres, si
bien constituyen el pilar del sector agropecuario, de la mano de obra agrícola
y de los sistemas alimentarios (y de la subsistencia diaria de las familias),
son las últimas en recibir los beneficios de los procesos de crecimiento y
desarrollo económicos imperantes, y en algunos casos han sido afectadas
negativamente por ellos. Los prejuicios sexistas y la insensibilidad a las
diferencias de trato por razón de sexo persisten: los encargados de la
formulación de políticas, los planificadores del desarrollo y los proveedores
de servicios agrícolas siguen considerando a los agricultores como si todos
fueran `hombres'. Por consiguiente, a las mujeres les resulta más difícil que a
los hombres tener acceso a recursos valiosos como la tierra, el crédito y los
insumos agrícolas, la tecnología, los servicios de extensión, la capacitación y
otros servicios que aumenten su capacidad productiva.
En general, los
planificadores del desarrollo desconocen casi completamente la contribución de
las mujeres a la agricultura y no prestan atención a sus necesidades
específicas. Sin embargo, para lograr el objetivo de promover el desarrollo
agrícola y rural, se necesita aprovechar plenamente las potencialidades de la
mujer en la agricultura.
www.fao.org
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